sábado, 30 de mayo de 2009

Sobre la muerte

I
La muerte llora al poeta
Ayer, mañana, nunca.
La muerte llora de amor.
Mirame,
Ojalá te vieras.

II
Miras a la muerte,
una vez más,
te bates a duelo con ella
por el amor de una mujer.
(de una lívida mujer).
Baila con ella, poeta.
No estés callado,
solo tus palabras
te hacen inmortal.

III
Morir es
nacer de nuevo
pero bajo otro cielo
-Ludovica Lunar-

viernes, 29 de mayo de 2009


El Poeta es un Fingidor

"El poeta es un fingidor que finge constantemente,
que hasta finge que es dolor, el dolor que en verdad siente.
Y, en el dolor que han leído, a leer sus lectores vienen,
no los dos que él ha tenido, sino sólo el que no tiene.
Y así en la vida se mete, distrayendo a la razón,
y gira, el tren de juguete que se llama el corazón."

Fernando Pessoa



-LoboSombra-

jueves, 28 de mayo de 2009

Liquidación de saldos


"Me siento morir en ti, atravesado de espacios
que crecen, que me comen igual que mariposas
hambrientas.
Cierro los ojos y estoy tendido en tu memoria,
apenas vivo,
con los abiertos labios donde remonta el río del olvido.

Y tú, con delicadas pinzas de paciencia me arrancas

los dientes, las pestañas, me desnudas
el trébol de la voz, la sombra del deseo,
vas abriendo en mi nombre ventanas al espacio

y agujeros azules en mi pecho
por donde los veranos huyen lamentándose.
Transparente, aguzado, entretejido de aire

floto en la duermevela, y todavía
digo tu nombre y te despierto acongojada.

Pero te esfuerzas y me olvidas,

yo soy apenas la burbuja
que te refleja,
que destruirás
con sólo un parpadeo."

Julio Cortázar

Lejanía en impotencia


Ya ni siquiera pido una segunda jugada
para intentar atacar y derribar tus fuertes,
para intentar surgir el cansancio de tus brazos

y que, ya así, las paredes en ruinas

puedas entender al ver mis ojos
lo que intentan gritar las espadas.


Tan lejos estás, tan lejos tus pisadas.

Este aire se contamina de ausencia.
El ardor en mis manos inútiles y degradables

que no pueden transgredir las dimensiones
hasta alcanzar tus labios,
me consume ácidamente hasta la médula.

Sólo quedan tumbas rellenas de aquella vida
envuelta en la presencia de tu aliento
, que suave,
respondía a mis temores
y, cual polvo de hada,
me hacía flotar
sobre las espinas enjugadas en desdicha
sobre las que caí al aterrizar.

- Delirium -

sábado, 23 de mayo de 2009

Muñeca Rusa..


Despertó, en el mismo rincón de siempre, sentada junto a la pared. Su entorno siempre habí­a sido igual. En la enorme oscuridad del cuarto ella sabí­a exactamente donde estaba cada cosa. El reloj despertador, el teléfono, el orden exacto de los libros de la biblioteca... pero esa noche, algo le resultó extraño, la puerta de su habitación debí­a estar abierta, pues los ruidos que vení­an de abajo le sonaban mas cercanos.
Decidió bajar. Sus manos sobre la baranda de la escalera; sus ojos siempre abiertos, por la irremediable inercia, pero prácticamente quietos; sus pies bajando, uno por uno los peldaños hasta llegar abajo. Se acercó a la sala de estar y llegó al sillón. Sentada, pudo sentir la brisa entrando por la ventana, y ahí fue cuando escuchó la canción. Una extraña melodí­a, una enigmática voz... no podrí­a decir si era hombre o mujer, solo que ese sonido era hermoso.
Se levantó, y siguió la voz, hasta que la sintió cerca, casi tocándola. Cerró los ojos por inercia, y cuando los abrió sintió un increí­ble dolor en ellos, y un cosquilleo en todo el cuerpo...

Por primera vez, la luz.

-Ludovica Lunar-

viernes, 22 de mayo de 2009

Mente y corazón


No dejo a la deriva lo que siento.
El deseo de viajar demasiado lejos
en un bote con alas hechas viento..
Miles de luciérnagas chispeantes
a través del cristal de los corazones.
Atravesarlos con la vista, sentirlos.

Escuchabas…
¿Era un sueño todo aquello?

Me encontrabas en el caótico carnaval
atormentado en sombras y en luces..
No había miedo, no había brumas…
No había fantasmas, no había sombras...
No más que mi voz escuchabas…

La mejor hermosura en las cosas más simples.
La mejor aventura en su complejidad.
Cuántas veces el intento de olvidar
que sólo vos y yo somos esa capacidad.

La profundidad en el suspiro,
las miradas encendidas en estrellas sin número,
el terremoto en las manos,
el asfixio de la respiración,
las ideas se embriagaban con pócimas ilusas.
Y hoy tu mente hizo rídiculo el corazón.


- Delirium -

SÉ FELIZ

Tengo que felicitarte, tu golpe fue el más bajo que hace mucho tiempo no recibía. Creo que no me alcanzarían los renglones de este papel para pasar en limpio cada jugada, cada movimiento.

Una vez cumplido tu objetivo, mi mundo poco a poco comenzó a desmoronarse. Los miles y miles de relatos que había inventado para tenerte cerca de mí, comenzaban a quemarse por el fuego del dolor en mi memoria. La noticia de saber que te perdía para siempre, sin siquiera haberte tenido, era un efecto de causa/consecuencia que hasta hoy nunca pude entender. Fue así como todo se invirtió: las noches eran días, eran noches, eran. Por momentos eran tormentas, lluvia y granizo, y cuando el sol quería asomarse, la oscuridad de la noche lo mandaba a brillar a otro mundo.

Al cabo de unos días, siglos, tuviste la elocuencia de decidir confesarte, y me elegiste para eso. Entre silencios y miradas te pregunté si eras feliz, a lo que entre idas y venidas no supiste qué contestar. Tus mensajeros, muy bien remunerados por vos debo admitirlo, me cuentan que preguntás por mí, vaya ironía, mi soledad y yo hablamos bastante de eso, será porque no sabemos cómo perderte ni cómo encontrarte. Te conté que, por fin, estaba logrando compartirme, que las piezas de mi rompe-cabezas poco a poco empezaban a encajar. Los nervios en tu mirada (y exagero con esta palabra, porque en ningún momento pude volver a perderme en su color) hablaban más que tus palabras, y decían tanto, tanto, que constantemente se contradecían. Será porque no te escuchabas, o no te querías escuchar. Mi cabeza, cerrada (no podía entenderte, hasta hoy no puedo) analizaba cada movimiento tuyo, intentando por lo menos aceptar tu condición. Con la excusa de cumplir con los deberes morales, y de mi falta de amor hacia vos (“si tan sólo hubieses demostrado” me decías, “si tan sólo me hubieras avisado que estabas conmigo” no me cansaba de repetirte) decidiste dejar todo, incluso lo que nos había faltado agarrar.

Me ofreciste llevarme a casa, fue el trayecto más largo de mi vida, y al despedirnos, tus brazos rodeando mi cuerpo me devolvían el alma y me imaginaba volviendo a empezar. Pero un instante de realidad nuevamente volvió y mi sistema programado para olvidarte me recordó que no eras para mí. Me aparté y simplemente no quise mirarte, mis ojos gritaban cosas que vos no sabías entender.

Palabras entrecortadas, un nudo en mi garganta y mis ojos ahogados en la tristeza y el enojo. Nuestro amigo el silencio estuvo más presente que nunca en nuestra charla: a pesar de habernos dicho tanto, no sé por qué, volviste a callar. Sólo dos palabras, sé feliz te dije, vos te contuviste y tu mirada de repente se pudo sostener. Dame tiempo, te pedí, y uno de tus mensajeros me pidió que yo te lo diera a vos.

Son cosas que me cuestan entender, quizás porque no me hacen feliz, o porque a mí no me benefician, de una forma u otra… ya no te tengo más aquí.


-AMÉRICA-

jueves, 21 de mayo de 2009

III

Me quemo... Inflada de dolor.
Me voy volviendo un caracol sedoso y frío.

En mi cueva de barro podrido voy abriendo la cabeza que ya no siento como parte de mi cuerpo, voy dejando que vuelen mis papelitos de color.

Y en el cielo descubro que todo se hace denso, que el tiempo corre más lento...
Por mi garganta atraviesan alfileres de cristal, un hueco en mi pecho me deja inmóvil.

Creo que ya no te siento detrás del umbral. Parece que hubiéramos intercambiado los roles. O el juego cambió y no nos dimos cuenta.



- LoboSombra -



miércoles, 20 de mayo de 2009

Mario Benedetti...

Si vamos a enterrar nuestros poetas,
acaso ya no sirvan las canciones,
pedazo por pedazo nos perdemos,
y no nos quedan más que un par de letras.
Entonces hay que hablar,
no hay más opciones.
Cantarte porque el río sigue sonando,
con tu misma arma blanca recordarte.


Aunque pueda parecer una incoherencia dedicarle a tal genio un poema tan precario, no creo que haya otro modo.
Mario Benedetti, creo hablar por todas si digo que tu obra marcó a fuego no solo nuestra literatura, sino también nuestras vidas. Buen viaje!




-Ludovica Lunar-

martes, 19 de mayo de 2009

El intento

Tratando de deformar las ramas de mis árboles
con la fuerza en mis brazos volviéndose cada vez más vulnerable…

La tierra dura y seca. El agua va por otro cauce.

El hielo inmovilizador. Tiritan las manos ante el miedo intenso.

El cielo, rotundo lugar de silencio.

Cómo presiona el deseo de detener los colores,
los que arrancan cada tramo, cada pedacito de aquellas inmóviles
e indeformables sombras que se dibujan en mi bosque…


- Delirium -

Las palabras

Inútil confinar
a las palabras
que se arrellanan
a tu puerta absortas.

Y sin pensarlo,
incautas y serenas,
se acercan a tu boca,
y tú las nombras.

Mojadas y mordidas,
algún día,
dejarán de ser
vanos conceptos,

para pasar al fin
a sentimientos
que no necesitaran
de palabras.


-Ludovica Lunar-

lunes, 18 de mayo de 2009

II

II


Y anoche fue otra vez esa sensación de agujero sin rellenar,
esa carne entre los dientes,
la costura de la media que de niña tanto molestaba...
Volvió a pasar.
Me sentí un gusano de basura,
casi limpio,
casi fresco.





- LoboSombra -

Sobre tu mano

En el espejo mi rostro es otro,
sobre mi sombra hay algo más,
mientras te alejas inexorable,
el tiempo vuelve siempre a empezar.

Será que no hay más que un par de historias,
que se alejan siempre al compás
de paisajes, ya vistos por otros,
que ya vivieron o vivirán.

Será que el tiempo no es más que un ciclo,
una ruleta, un antifaz,
una veleta o acaso un sueño,
de esos que duelen al despertar.

Sobre tu mano siempre mi mano,
detrás de ti siempre voy yo.
No sé si es desde hace varios años
o desde siempre, o desde hoy.

-Ludovica Lunar-

I

I
Es todos los días escuchar la tetera
que grita como enferma.
Volver mi cabeza y darme cuenta
que el agua hierve sin control
que mi corazón hierve un poco loco...
Es plasmar en mis ojos tu boca incierta
tus manos nerviosas que dibujan el sol.
Mi sol.
Tus pies, mi cuello, mi sangre, tus sueños...
Tu mundo y el mío.
Es "Don Lucas" en una taza, en dos.
El agua hervida que parece
no alcazar
Y el frío afuera que parece
no querer darnos tregua. No.
- LoboSombra -

Atresitz

Una bola de espinas que nos camina por la espalda, va, viene, sube, baja. Las espinas inyectan un veneno que nos llega hasta la médula y nos convierte en zombies. Las miradas perdidas, las miradas sin ver, ciegos a lo que hacemos, ciegos al pensar, sólo reacciones y seguir caminando.

Un día, la sal ácida en líquido se nos desborda de cada recipiente y empieza a perforar nuestras mejillas, nuestros labios, nuestra ropa, nuestras manos, nuestra almohada nocturna. Hasta contamina nuestra garganta.

El veneno se escapa por los poros, por nuestra voz, por la respiración cada vez más agotada, por nuestros pasos cada vez más metidos en el suelo. Nuestros ojos delatores se esconden tras máscaras, ya sólo quieren escondites. Todo es tan degradable y un quedarse en blanco.

La bola de espinas es un ser chiquito que luego se mete a nuestro estómago y afecta todos nuestros sistemas. Algún día, luego de su estadía usualmente extensa, salta y corre, persigue a otro.

Su lugar es ocupado por un ser risueño que nos acompaña y, para hacernos reír, nos hace cosquillas.
Puede crecer, pero necesita de muchos cuidados y de entretenimiento, sino se aburre fácilmente y se va a jugar a otro lado.



by Delirium

Cadáver Exquisito I

Voy soñando el camino de nieblas, de blancos pasos sobre la misma tierra que años atrás lo había visto partir. Ahora volvía. Pero no por tristeza ni melancolía, sólo por ellos, que son nuestro sol de enero, nuestra lluvia primaveral, nuestra inspiración y nuestra destrucción es el poema final sean cuales fueran las circunstancias que alcancemos cuando tiramos los dados, volaban en el aire, definiendo su suerte.
Cada vuelta de los dados la acercaba un poco más al cambio, a la revelación
.
Todo. Todo. Todo lo que podría haberle ocurrido, al menos lo que había pensado, comenzó a cambiar. Le resultaba tan difícil de explicar, que simplemente se contuvo, calló y lo vivió como si nadie lo entendiera, sin percatarse que todos sabían de lo que estaba hablando. Y jugando a dar vueltas sobre este cuerpo, sobre un cielo que recae en este infierno, en su interior. No lo asociaba con el rojo. Para él el infierno era azul o verde o incoloro. Era un dolor como el de muelas. Carnívoras, insaciables, inmunes pero a su vez sumamente dolorosas que intentan morder con ansias una extraña sustancia mágica derramándose de los ojos y de la boca de esa fantasía real pero lejana, lejana a la cercanía del río, a observar el paisaje y pensar. Necesitaba distenderse de esa realidad tan dolorosa. El viento del lugar lo tranquilizaba. Lo calmaba el hecho de saber que la secretaría de su cardiólogo le daría pronto un turno. Es que... Pobre... Esos dolores cada vez se hacían más fuertes, ¡más que el dolor de muelas!. Cuando llegó al consultorio se infartó. Pero a este corazón le incomoda tu presencia, no el dolor opresor de mi infarto, porque cualquier ardor físico no se compara con la oscuridad de su alma. Su cuerpo era un río, pero su mente... Teje pesamientos tenebrosos que confunden mis ideas, mi religión, mis sueños, anulándome por completo, dejándome rendida a su voluntad... Ya sólo me arrastro hasta la degradación de todos mis colores. Se arremolinaban en un huracán de sentimientos y confusiones, porque nunca pudo entender cómo ese par de zapatos le quedaban tan bien a ella, y a su prima tan espantosos.