No dejo a la deriva lo que siento.
El deseo de viajar demasiado lejos
en un bote con alas hechas viento..
Miles de luciérnagas chispeantes
a través del cristal de los corazones.
Atravesarlos con la vista, sentirlos.
Escuchabas…
¿Era un sueño todo aquello?
Me encontrabas en el caótico carnaval
atormentado en sombras y en luces..
No había miedo, no había brumas…
No había fantasmas, no había sombras...
No más que mi voz escuchabas…
La mejor hermosura en las cosas más simples.
La mejor aventura en su complejidad.
Cuántas veces el intento de olvidar
que sólo vos y yo somos esa capacidad.
La profundidad en el suspiro,
las miradas encendidas en estrellas sin número,
el terremoto en las manos,
el asfixio de la respiración,
las ideas se embriagaban con pócimas ilusas.
Y hoy tu mente hizo rídiculo el corazón.
- Delirium -
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