miércoles, 27 de enero de 2010

Esdrújulo

Se trata cósmicos de ser más fértiles,
de no ser tímidos, de ser más trópicos,
de ir a lo pálido, volverlo térmico,
sentirse prójimo de lo más lúdico,

con verdes lápices trazar el ámbito
de lo que mágico rompe los límites,
buscar lo hidráulico de lo volcánico,
librar la métrica, cambiar de sílabas.

Y con elásticas formas anárquicas
tocar lo afónico que suene homérico,
fundar metáforas, crear la hipótesis
de que lo asmático se vuelva oxígeno.

Situar la brújula al sur paupérrimo,
armar las síncopas contra los déspotas,
cambiar la tónica por una séptima,
tocar en triángulo sones esféricos.

Y a los dogmáticos tan poco orgásmicos,
casi ni eróticos de ser tan púdicos,
a esos acríticos de sesgo andrógino
decirles ”gélidos, no sean retrógrados”.

Y con armónicos cantar bien nítido
contra lo frígido luchando tórridos,
con armas múltiples llamando cálidos
fondos oceánicos de lo más lúbrico.

El ritmo cíclico del vals esdrújulo
es cual la sístole que va a la diástole,
todo cardíaco de andar eufórico,
nada presbítero, más bien sacrílego.

Amando nínfulas que sueñan grávidas,
el vals acróbata cruza los vértices
llamando gráciles criaturas prístinas,
seres prolíficos de lo aún inédito.

Y a los arácnidos volverlos líricos
y a sus ejércitos juzgarlos rápido
mediante un árbitro de juicio ecuánime
que encierre en cárceles impunes pérfidos.

Y los políticos de gesto tránsfuga,
los impertérritos, los siempre cómplices
caerán patéticos en lo espasmódico
cuando lo enérgico les corte el tránsito.

Con lo poético del vals arrítmico,
que está en lo crítico de sus propósitos,
no pueden síncopes ni golpes fúnebres,
ni es por patíbulos que quede acéfalo.

Ni es por trifásicas que olvide históricas
luchas titánicas por lo inalámbrico,
por lo que ubérrimo se alza eufórico
y anuncia próximos cambios históricos.

Cuando el pobrísimo tome las cúpulas
y los famélicos tomen las Áfricas
y los indígenas tierra amazónica
y los mecánicos tomen las fábricas
y los utópicos salgan del prólogo
y los daltónicos pinten lo nítido
y los chuequísimos bailen de júbilo

ya lo terrícola será libérrimo
cual ritmo cíclico de un canto esdrújulo.


Daniel Viglietti.

viernes, 1 de enero de 2010

VIII

Sin poder dormir me voy volviendo un niño otra vez, las noches no pasan tranquilas
Yo me quedo mirando el espejo que pegado en mi pared me llama con complicidad
Me tira un pedazo de sueño para engañarme, para llevarme del otro lado
Me doy cuenta de su astucia y de inmediato retrocedo
Pero en el aire siento un olor a tristeza quemada, a llanto de muñeca sin consolar
El temblor del tiempo traspasa mi cuerpo


Siento llenarme el alma de hojas azules, de pétalos dorados


Pero esta noche me seca la garganta, me la estruja hasta sacarme la última gota de saliva
Un millón de mariposas me levanta del suelo. Pero es una mentira tan dulce
Y el día se viste de silencios… Una procesión de bocas cosidas asiste a su entierro
Yo tengo miedo del miedo
Miedo del mundo y de sus pájaros
Ya no puedo cerrar los ojos otra vez, ya no…


Siento caer a un vacío lleno de formas, de colores, de olores y sabores



-LoboSombra-