lunes, 8 de abril de 2013

La omisión.



Al que rompe toda arcaica poesía.
El que no es,
no rima.
El nadie.

A él es al que aspiro pájaro
en esta jaula de tinta.
El nombre que ensayo pronunciar…
Pero los labios están secos,
Y mi voz, áspera y sucia.

Te llamo, y te digo olvido, olvidado.
Quiero sentarme a tu lado
Ver el día,
sombra que cae,
desde no sé donde.

Serás una mancha de sangre indeleble.

Yo soy olvido, también.
Soy omisión, abandono, desidia.
Y habito en lo que no existe.
Soy un silencio que el poder ha rezado.