sábado, 23 de mayo de 2009

Muñeca Rusa..


Despertó, en el mismo rincón de siempre, sentada junto a la pared. Su entorno siempre habí­a sido igual. En la enorme oscuridad del cuarto ella sabí­a exactamente donde estaba cada cosa. El reloj despertador, el teléfono, el orden exacto de los libros de la biblioteca... pero esa noche, algo le resultó extraño, la puerta de su habitación debí­a estar abierta, pues los ruidos que vení­an de abajo le sonaban mas cercanos.
Decidió bajar. Sus manos sobre la baranda de la escalera; sus ojos siempre abiertos, por la irremediable inercia, pero prácticamente quietos; sus pies bajando, uno por uno los peldaños hasta llegar abajo. Se acercó a la sala de estar y llegó al sillón. Sentada, pudo sentir la brisa entrando por la ventana, y ahí fue cuando escuchó la canción. Una extraña melodí­a, una enigmática voz... no podrí­a decir si era hombre o mujer, solo que ese sonido era hermoso.
Se levantó, y siguió la voz, hasta que la sintió cerca, casi tocándola. Cerró los ojos por inercia, y cuando los abrió sintió un increí­ble dolor en ellos, y un cosquilleo en todo el cuerpo...

Por primera vez, la luz.

-Ludovica Lunar-

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