viernes, 4 de febrero de 2011

El extraño.

Yo me nutro de errores y de sangre,
jamás podré tener otro retrato
que este casi saber, este conato
de amor en la mitad de la masacre.

¿Hacia dónde camino? Es lo de menos.
Camino, que ya es mucho, y rompo el paso.
Mi sed ya no tendrá forma de vaso
sino de voz impura, aliento lleno.

He cambiado el escudo por la duda
y apenas reconozco mis heridas:
no es la piel, es el tiempo lo que muda.

Dejaré las limpiezas conocidas
por otras suciedades más desnudas
que consigan arder como dos vidas.



Andrés Neuman

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