sábado, 15 de agosto de 2009

A la hora que se duermen los trenes


A la hora que se duermen los trenes

El invierno vaga

como un perro que no encuentra hogar.
Ciego se despierta
corre en los pasillos para husmear,
Y entra en la noche,
y la apuñala sin piedad,
y el silencio es su único puñal.
Sabe el sitio exacto
en que los gatos van a conspirar.
Camina de a ratos,
ve a los charcos la luna imitar.
Entonces se asoma y en calma empieza a llorar
y vestido de agua va a espiar
A la hora que se duermen los trenes
no hay secretos que le puedan guardar


Pedro Aznar

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