sábado, 4 de julio de 2009

IV


Pero no sé... No sé si es la máscara la que tiene que caer, o alguno de nosotros dos.

Y la pintamos, y le pegamos papelitos de color, y la perfumamos, y brillantina en los costados y tempera roja en las esquinas. Y un poco de lágrimas de vez en cuando.
Todo lo que restauro siempre empieza a caer. Se me derrumba en la cara, sin vergüenza y burlándose de mí.

Pero no sé... Creo que en algún lugar de mi cuerpo te dejé. En algún lugar de mi sombra te volví a encontrar.

De todas formas sigo perdiéndome en la noche, buscándote, encerrándote en la jaula... En mi jaula. Caminando para adelante de espaldas, (siempre para adelante). Porque me niego a darme vuelta y comenzar de nuevo. Porque me duele tener que cerrar los ojos y olvidarte.
-LoboSombra-




2 comentarios:

  1. Guau, Lobo, le he dado tan poca bola al blog últimamente que ni me acuerdo de leerlo.
    Esta creación me gustó mucho.

    Algún día lo que nos duele nos será recompensado.
    Ojalá las recompensas empezaran un día y no terminaran...pero siempre el dolor y la felicidad intercalados son los constructores de nuestra vida.

    Es duro llevar máscaras, y más si nos cuesta tanto tratar de que no se rompan...pero en una de esas eso es lo que tiene que llegar, la ruptura de las máscaras y la aparición de la verdad de nuestras caras.

    (Te quiero mucho, amiga)

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  2. Gracias Delirium...
    Por este corto tiempo y por saber escuchar.
    Porque podemos llegar a ser muy buenas creadoras de máscaras y destructoras a la vez...

    -LoboSombra-

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